1º Si el queso está envasado al vacío, al sacarlo de la bolsa puede presentar algo de aceite a causa del «sudado»: no es ningún problema es, incluso beneficioso, siempre que no sea en exceso.
2º Apoyar el queso en una superficie firme: una tabla de madera es lo adecuado.

3º Utilizar un cuchillo de hoja ancha y un poco más larga que el diámetro del queso.
4ºPartir el queso en dos mitades iguales.
5ºLa mitad que no vayamos a utilizar se puede conservar en el frigorífico, untando el corte con aceite de oliva para evitar que se reseque. Después la envolvemos en un paño, bolsa de plástico o papel albal.
6º De Ia otra mitad del queso, la que vamos a utilizar, cortamos cuñas no muy gruesas; eliminamos las cortezas de las caras planas pero conservamos la de la parte cilíndrica: la corteza nos ayuda en la cata.
7º Cortamos la cuña que vamos a consumir en triángulos finos.
8º Presentamos los triángulos en un plato exclusivo para el queso. No utilizar el mismo plato para embutidos jamón….
9º Servir el queso a una temperatura aproximada de 20º.